Passivhaus es un estándar de construcción sostenible ideado en Alemania en 1991 cuyo éxito ha hecho que se extienda por todo el mundo.
La importancia de este estándar radica en la calidad de las viviendas que se obtienen, que siguen unos pasos claros para la construcción de edificios saludables y respetuosos con el medio ambiente.
Una casa pasiva que siga el estándar Passivhaus consigue reducir hasta en un 75% las necesidades energéticas, que pueden ser cubiertas con energías renovables. Se marca un límite en la demanda energética permitida, para que sea considerada dentro del estándar, la cual se sitúa en 15kWh por cada metro cuadrado al año. Esto hace que se consiga una vivienda más respetuosa con el medio ambiente y más económica para el propietario.
El estándar Passivhaus supone la optimización en el uso de materiales y recursos existentes en el propio medio, a través de técnicas pasivas.
Principios básicos en la construcción de Passivhaus
Para que una vivienda sea considerada en el estándar Passivhaus, debe seguir cinco principios básicos:
1. Un buen aislamiento térmico.
Tanto las paredes exteriores como la cubierta o la solera deben tener una baja transmitancia térmica. Un buen aislamiento de la envolvente es necesario tanto en invierno como en verano.
Dependiendo del clima el aislamiento debe ser de un determinado grosor, adaptándose a las necesidades de la zona.
2. Ventanas y puertas de altas prestaciones.
A la hora de diseñar una vivienda, se debe poner especial atención al lugar en el ubicamos los huecos, ya que son puntos débiles de la envolvente. La orientación de las ventanas es muy importante para ayuden a captar el sol en invierno, pero estén resguardadas del calor en verano. Dependiendo del clima en el que se encuentre la vivienda nos interesará tener ventanas más resguardadas o que aprovechen mejor la luz del sol.
Es importante también utilizar ventanas y puertas que aíslen bien del exterior, tanto para el frío como para el calor, y que no queden rendijas por las que se pueda colar corriente. Las carpinterías utilizadas deben tener muy baja transmitancia térmica y las ventanas deben ser de doble o triple vidrio rellenas de un gas inerte. El vidrio debe ser bajo emisivo para reflejar el calor al interior de la vivienda en invierno y mantenerlo en el exterior durante el verano.
3. Ausencia de puentes térmicos.
Las pérdidas de energía suelen producirse en esquinas o juntas, no solo en paredes o techos mal aislados. Esas pérdidas hacen que la temperatura en esas partes sea inferior a la del resto de zonas, con lo que se puede producir moho.
Para evitar los puentes térmicos se debe:
- No interrumpir la capa de aislamiento.
- Usar un material con resistencia térmica mayor si se interrumpe la capa de aislamiento.
- Cuidar las juntas entre elementos constructivos.
4. Hermeticidad del aire.
A través de ventanas mal selladas, huecos o grietas pueden producirse corrientes de aire, pudiendo provocar condensaciones interiores durante los días más fríos del año.
La hermeticidad en un edificio Passivhaus debe ser máxima. Un sistema de ventilación mecánico consigue la máxima eficiencia. Las juntas deben quedar selladas al máximo en el proceso de construcción para que, tras una prueba de presión realizada al final de la obra, se pueda asegurar la hermeticidad.
Un “Ensayo Blower Door” es realizado al finalizar la obra. En él se crea una diferencia de presión entre interior y exterior a través de un ventilador colocado en la puerta principal, para asegurar la hermeticidad. Para cumplir con el estándar, el resultado debe ser inferior a 0,6 renovaciones de aire por hora en un diferencial de presión de 50 Pa.
5. Ventilación mecánica con recuperación de calor.
El sistema de ventilación reaprovecha el calor generado por las personas y electrodomésticos, precalentando el aire limpio entrante antes de expulsar el aire viciado.
La energía necesaria para acondicionar los espacios de la vivienda es pequeña, con lo que se podría cubrir con una estufa de pequeño tamaño, sin que fuese necesario un sistema convencional de radiadores o suelo radiante. Esto supone un ahorro económico considerable.
Los beneficios para la salud de las casas pasivas
Las Passivhaus son un modelo de sostenibilidad. Y tanto económicamente, como a nivel social y medioambiental, aportan consecuencias positivas.
Numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud de los habitantes de estas casas, gracias a la renovación del aire inteligente, la incidencia de luz natural y la construcción con materiales naturales y menos contaminantes que los convencionales ayudan a prevenir y reducir enfermedades.
¿Cómo conseguir la certificación Passivhaus?
Para conseguir una certificación es necesario ponerse en contacto con un técnico acreditado Passivhaus. Aunque existen varias certificaciones para casas pasivas y sostenibles, el estándar Passivhaus es el más extendido.
Lo mejor es concebir el proyecto desde su inicio como Passivhaus, de este modo, la vivienda será ideada de forma sostenible aprovechando todos los elementos disponibles en el entorno.
El técnico acreditado valorará el proyecto y enviará los documentos que acreditan que se cumplen los objetivos a la entidad certificadora.
Los objetivos por cumplir son los principios básicos que antes mencionamos, y que deben ser medidos. De este modo, la demanda de calefacción debe se inferior a 15 KWh/m2a; la demanda de refrigeración debe ser menor de 15KWh/m2a; la demanda de energía primaria (calefacción, agua caliente y electricidad) debe ser inferior a 120 KWh/m2a y la hermeticidad debe ser inferior a 0,6 renovaciones de aire por hora.
Materiales utilizados en una Passivhaus
Este estándar no tiene en cuenta los materiales utilizados para la obtención del certificado, pero si queremos una casa sostenible, todo importa. Si queremos una casa pasiva ecológica, es importante tener en cuenta qué materiales podemos encontrar en la zona geográfica en la que queremos construir.
En el artículo sobre materiales sostenibles os hablamos de algunos como la madera, el barro cocido o la piedra natural. Estos son algunos de los más utilizados en viviendas sostenibles, además de ser asequibles económicamente.
¿Es cara una Passivhaus?
Una casa pasiva no es una vivienda cara. El gasto de construcción se amortiza a lo largo de los años gracias a la eficiencia energética que obtenemos y, por lo tanto, el menor gasto en energía.
Aunque si puede ser entre un 15% y un 20% mayor el gasto de edificación de una vivienda Passivhaus que el de una vivienda convencional, los materiales naturales y sostenibles, la obtención de materias cercanas al lugar de edificación y la reducción del gasto posterior, hacen de las Passivhaus una vivienda económica.
Arquitectos expertos en sostenibilidad
Si lo que quieres es una casa sostenible y saludable, con certificado PassivHaus, puedes informarte en la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura, una asociación sin ánimo de lucro formada por arquitectos y arquitectas con preocupaciones y conocimientos comunes sobre cuestiones de sostenibilidad y arquitectura. En su página web se puede encontrar un directorio de arquitectos, especializados en sostenibilidad, organizado por ciudades, en el que puedes encontrar a los mejores especialistas que te asesoren en tu futuro proyecto.
Una Passivhaus es mucho más que una vivienda, es un lugar saludable y sostenible donde poder vivir de forma respetuosa con el medio ambiente con tu salud y la de los tuyos.